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CARBORON

Laboratorio Royal Pharma Medicamento / Fármaco CARBORON

Antipsicótico.

Composición.

Cada comprimido contiene: Carbonato de litio 300 mg. Excipientes: Lauril sulfato de sodio, celulosa microcristalina PH101, almidón glicolato de sodio, gelatina polvo, dióxido de silicio coloidal, croscarmelosa sódica, estearato de magnesio.

Propiedades.

Mecanismo de acción:a pesar de que el litio está presente en tejidos animales, no tiene una función fisiológica conocida. Aún no se tiene totalmente claro cuál sería el mecanismo de acción del litio; sin embargo, por ser un catión monovalente compite con otros cationes monovalentes y bivalentes en distintos sitios incluyendo la membrana celular, donde el litio cruza a través de los canales de sodio, y en altas concentraciones bloquea los canales de potasio. Además el litio actúa a nivel de sitios de unión celular que son sensibles a cambios de concentración de cationes. También actúa a nivel de sitios celulares de unión a transportadores para cationes monovalentes y bivalentes. El litio interactúa con una serie de procesos celulares de los segundos mensajeros del AMP cíclico, incluyendo aquellos regulados por hormonas polipeptídicas. El litio disminuye la concentración intracelular del AMP cíclico porque inhibe la adenilciclasa. En menor grado el litio también disminuye la concentración del GMP cíclico. También se le ha dado mucha importancia al efecto que tienen concentraciones bajas de litio sobre la síntesis, almacenamiento, liberación y recaptación de monoaminas biogénicas que están implicadas en la fisiopatología de los trastornos de ánimo. La evidencia sugiere que la dopamina y la norepinefrina están involucradas en la patogenia de la manía, y la serotonina desempeñaría un papel en la patogenia de los episodios depresivos. Absorción, distribución y excreción:los iones de litio se absorben casi completamente del tracto gastrointestinal. La absorción completa ocurre aproximadamente en 8 horas y la concentración plasmática pico ocurre entre 2 y 4 horas después de la dosis oral. Inicialmente el litio es distribuido en el espacio extracelular y después se acumula gradualmente en distintos tejidos. El paso a través de la barrera hematoencefálica es lento, pero cuando se logra el estado de equilibrio la concentración de litio en el líquido cefalorraquídeo es alrededor de un 40% de la concentración plasmática. No hay evidencia de que el ion se una a proteínas. De una dosis única de litio aproximadamente el 95% se elimina por la orina. Entre 1/3 y 2/3 de una dosis única es excretado en una fase inicial de excreción de 6 a 12 horas, y el resto se excreta lentamente en los 10 a 14 días siguientes. La vida media es de 20 a 24 horas. Con la administración repetida la excreción del litio aumenta durante los primeros 5 a 6 días hasta que se alcanza el equilibrio entre ingestión y excreción. La sobrecarga (loading) de sodio produce un pequeño aumento de la excreción de litio, pero la depleción de sodio produce una retención de litio importante. La farmacocinética del litio varía mucho de un individuo a otro, pero es relativamente estable en cada paciente. Sin embargo, un régimen establecido de dosificación debe ser modificado debido a un período de pérdida de sodio, como ocurre con enfermedades médicas intercurrentes, o por pérdida o restricción de líquidos y electrolitos.

Indicaciones.

Tratamiento y terapia de mantención de los episodios maníacos de la enfermedad bipolar tipo I y II, en pacientes mayores de 12 años.

Dosificación.

El médico debe indicar la posología y el tiempo apropiado a su caso particular; no obstante la dosis usual recomendada es: en la fase aguda se recomienda el monitoreo de concentración sérica dos veces por semana hasta que la condición clínica del paciente se haya estabilizado. Se considera como óptimo un rango de concentración de litio en el suero entre 0,8 y 1,5m Eq/l; estas concentraciones son medidas a las 12 + 2 horas, después de la última dosis oral del día. Esta concentración recomendada se obtiene con dosis de 900 a 1.500 mg/día en pacientes ambulatorios y de 1.200 a 2.700 mg/día divididos en 2 a 3 dosis al día. Modo de empleo:este medicamento debe administrarse por vía oral, los comprimidos se deben tragar enteros con un vaso de agua, de preferencia con las comidas. Si olvida tomar una dosis, omítala. Nunca tome dos comprimidos juntos.

Contraindicaciones.

Enfermedad renal, daño cerebral severo, enfermedad cardiovascular, debilitamiento severo.

Efectos colaterales.

El tratamiento con litio está asociado inicialmente a un aumento transitorio en la excreción de 17-hidroxicorticosteroides, sodio, potasio y agua. Este efecto generalmente no dura más de 24 horas. En los 4 a 5 días subsecuentes de tratamiento, la excreción de potasio se normaliza, el sodio es retenido y en algunos casos se forma edema pretibial. La retención de sodio se ha asociado con aumento de la secreción de aldosterona y responde a la administración de espironolactona. El edema y la retención de sodio frecuentemente desaparecen en forma espontánea después de varios días. Un pequeño número de pacientes tratados con litio desarrollan un crecimiento benigno, difuso e indoloro de la glándula tiroides que sugiere un compromiso de la función tiroidea. En los pacientes tratados con litio, la captación tiroidea del 131I está aumentada, el yodo plasmático ligado a proteína y la tiroxina libre tienden a estar levemente bajos y la secreción de TSH puede estar moderadamente elevada. Estos efectos parecen ser el resultado de una interferencia con la yodación de tirosina y por lo tanto con la síntesis de tiroxina. Sin embargo, los pacientes se mantienen generalmente eutiroideos y un hipotiroidismo evidente es infrecuente. En los pacientes que desarrollan bocio la suspensión de litio o el tratamiento con hormona tiroidea produce una reducción del tamaño de la glándula. Es importante aclarar que la presencia de hipotiroidismo inducido por el litio no es una contraindicación para continuar con el tratamiento con litio. En el caso de continuar el tratamiento se debe agregar el uso de levotiroxina para el tratamiento del hipotiroidismo. Los pacientes tratados con litio presentan polidipsia en un 36% y poliuria en un 30%, las que ocasionalmente pueden ser muy marcadas. En general, al inicio del tratamiento puede presentarse una poliuria leve que después desaparece. Si la poliuria se presenta más tardíamente se debe evaluar la función renal, bajar la dosis del litio o considerar agregar un diurético. Si es necesario agregar un diurético para contrarrestar la poliuria, existen dos alternativas: usar un diurético tipo tiazida como la hidroclorotiazida en dosis de 50mg al día, o usar un diurético ahorrador de potasio como la amilorida en dosis de 5mg a 10mg al día. Si se decide agregar un diurético tipo tiazida, la dosis de litio se debe disminuir en un 50% para contrarrestar el aumento en la reabsorción producido por el diurético. La amilorida, en cambio, no produce alteraciones importantes en la farmacocinética del litio. La poliuria desaparece al discontinuar el litio. El mecanismo de producción de este efecto podría corresponder a una inhibición de la acción de la hormona antidiurética (ADH) sobre la adenil-ciclasa renal, resultando en una menor estimulación de la ADH sobre la absorción renal de agua. Aproximadamente entre el 10% y 20% de los pacientes tratados con litio por períodos prolongados presentan cambios morfológicos del riñón, que podrían estar asociados con alteraciones en la reabsorción de agua. La mayoría de los expertos que ha estudiado el tema considera estos casos como hallazgos incidentales, ya que no se produce una disminución de la tasa de filtración glomerular, ni se ha descripto ningún caso de insuficiencia renal provocada por litio. Por lo tanto hoy se considera que el litio no es nefrotóxico. El uso prolongado de litio provoca una depresión de la onda T del ECG que es benigna y reversible, y no está relacionada con depleción de sodio ni de potasio. En forma muy ocasional se ha asociado al litio con anormalidades en la conducción cardíaca. Hay escasos informes de exacerbación de arritmias existentes previo al uso de litio. En todo caso, es recomendable hacer un electrocardiograma en los pacientes mayores de 40 años antes de comenzar el tratamiento con litio. Durante el uso crónico de litio ocurre un aumento sostenido, benigno, de los leucocitos polimorfonucleares circulantes que revierte dentro de una semana de suspendido el tratamiento. Algunos especialistas recomiendan solicitar un hemograma como parte de la batería de exámenes de sangre que debe hacerse en todo paciente antes de comenzar el tratamiento. Si el paciente presenta náuseas o dolor abdominal, se le debe indicar que tome el litio junto con las comidas. Alrededor del 9% de los pacientes presenta diarrea. En general, los efectos a nivel gastrointestinal tienden a disminuir después de algunas semanas de tratamiento. Otro efecto colateral es el temblor fino, que se observa en un 26% de los pacientes. Este efecto es más frecuente con dosis altas de litio y en combinación con antidepresivos o neurolépticos. El temblor tiende a disminuir con el tiempo, pero si persiste se puede agregar un betabloqueador como el propanolol, en dosis bajas. Alrededor de un 29% de los pacientes en tratamiento con litio presenta un aumento de peso, por lo cual se le debe recomendar al paciente una dieta balanceada, ejercicio físico y evitar el consumo de bebidas con un alto consumo calórico. Efectos idiosincrásicos:los signos y síntomas de intoxicación (litemia sobre 1,5mEq/l) son: temblor grueso, náuseas, vómitos y diarrea, visión borrosa, disartria, vértigo, confusión, sedación, aumento de los reflejos tendinosos profundos, debilidad muscular. Con una intoxicación moderada a severa (litemia sobre 2,5mEq/l) el paciente presenta complicaciones neurológicas más severas como son: hiperreflexia, hiperextensión de las extremidades, falla circulatoria periférica, necrosis tubular aguda (falla renal), ataxia, convulsiones, coma, arritmia cardíaca, hipotensión.

Advertencias.

Litio y embarazo:el uso de litio durante el primer trimestre de embarazo se asocia a mayor incidencia de anomalías cardiovasculares en el recién nacido (especialmente la malformación de Ebstein). El riesgo absoluto de anomalías congénitas entre los hijos de mujeres tratadas con litio durante el primer trimestre es estimado entre un 4 y 12%, comparado con un 2 y 4% en los hijos de mujeres no tratadas. Por esta razón es importante educar a las pacientes acerca de métodos anticonceptivos y explicarles que deben acudir a consultar a su médico al primer síntoma de probable embarazo. En el caso de constatarse el embarazo se indicará suspender el litio el primer trimestre. Posteriormente se puede reinstaurar. Se recomienda volver a suspenderlo unos pocos días antes del parto para minimizar los efectos sobre el recién nacido. Una vez pasado el parto, se reinstaura para evitar un episodio de descompensación posparto. Al igual que los otros estabilizadores del ánimo el litio se excreta por la leche materna, por lo que la mayoría de los expertos recomienda suspender el amamantamiento.

Interacciones.

Los diuréticos tipo tiazida elevan los niveles plasmáticos de litio entre un 30 y 50%. Este tipo de diurético actúa a nivel del túbulo distal produciendo depleción de sodio, lo que disminuye la eliminación de litio. La furosemida, diurético de asa, pareciera no tener un efecto directo sobre el nivel de litio. La amilorida, diurético ahorrador de potasio, no interactúa con el litio de manera importante. Sin embargo, siempre se debe monitorizar la litemia cuando se comienza un tratamiento con un diurético, por el potencial cambio en el líquido corporal total. Otros medicamentos que elevan la litemia son los antiinflamatorios no esteroides (como por ejemplo el ácido mefenámico, piroxicam e ibuprofeno), los antihipertensivos inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (como por ejemplo el enalapril) y algunos antibióticos como la ampicilina, tetraciclina y espectinomicina. La aminofilina y la teofilina disminuyen la litemia, ya que aumentan la excreción de litio. Al asociar el litio con clozapina habría un probable aumento en el riesgo de agranulocitosis. El verapamilo, bloqueador del canal de calcio, aumenta la cardiotoxicidad al asociarlo con litio. En cuanto a la combinación de antidepresivos con litio, se ha visto que se produce un efecto antidepresivo sinérgico muy útil en el caso de pacientes con depresión resistente al tratamiento habitual. Además de este efecto, en el caso de los inhibidores de la recaptación de la serotonina como la fluoxetina, sertralina y fluvoxamina se ha visto que producen un aumento de la litemia con posible neurotoxicidad y síndrome serotoninérgico. Al asociarlo con la carbamazepina y el ácido valproico, se produce un efecto sinérgico en la estabilización del ánimo. A pesar de que en el pasado ha habido informes de que la asociación de litio con neurolépticos (especialmente haloperidol) produciría un aumento de la neurotoxicidad, incluido el síndrome neuroléptico maligno, la mayoría de los investigadores han concluido que es una asociación segura, usando dosis habituales. Y de hecho, ésta es una combinación usada en forma frecuente por la mayoría de los clínicos, sin observarse efectos adversos severos.

Sobredosificación.

Ya que no existe un antídoto específico para la intoxicación por litio, el tratamiento es de mantención. Se deben medir los electrolitos plasmáticos, evaluar la función renal y la litemia. Para corregir la deshidratación se debe usar la hidratación parenteral. Si la función renal es adecuada la excreción puede acelerarse levemente con diuresis osmótica y bicarbonato de sodio IV. Se debe hacer una monitorización cardíaca para detectar la presencia de arritmias. En caso de hipotensión se puede usar un inotropo como la dopamina. Las convulsiones pueden controlarse con anticonvulsivantes. La diálisis debe considerarse en las intoxicaciones severas. Incluso en el caso de usar diálisis la recuperación es lenta, ya que al parecer el factor más importante en la aparición de intoxicación clínica es la concentración de litio intracelular. La intoxicación accidental puede evitarse siguiendo las pautas de tratamiento; se debe instruir a los pacientes acerca del riesgo de aumentar la dosis por su cuenta y se debe ayudar a los que presenten algún tipo de incapacidad que no les permita hacerse responsables de su tratamiento.

Presentación.

Envase con 50 comprimidos.

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