Medicamentos

LEBRINA

Laboratorio Tecnofarma Medicamento / Fármaco LEBRINA

Agente inmunosupresor selectivo.

Composición.

Cada cápsula contiene: Fingolimod (coo fingolimod clorhidrato) 0,56 mg. Excipientes.s.: celulosa microcristalina, almidón de maíz y almidón pregelatinizado, talco, dióxido de silicio coloidal, estearato de magnesio, óxido de hierro amarillo, dióxido de titanio, gelatina.

Indicaciones.

Tratamiento de pacientes con formas recidivantes de esclerosis múltiple (EM), para reducir la frecuencia de las exacerbaciones clínicas y retrasar la progresión de la discapacidad física.

Dosificación.

El tratamiento debe ser iniciado y supervisado por un médico experimentado en esclerosis múltiple. Posología:La dosis recomendada es de una cápsula de 0,5 mg una vez al día. Fingolimod puede tomarse con o sin alimentos. Al inicio del tratamiento con fingolimod, se recomienda la observación de todos los pacientes mediante la determinación del pulso y de la tensión arterial cada hora durante un período de 6 horas, por si aparecen signos y síntomas de bradicardia. Antes de administrar el medicamento y al final de un período de monitorización de 6 horas se debe realizar un electrocardiograma en todos los pacientes. Si el tratamiento se interrumpiera durante 1 día o más durante las 2 primeras semanas, más de 7 días durante las semanas 3 y 4 ó más de 2 semanas después de un mes, se recomienda realizar sobre el paciente la misma monitorización que se realizó con la primera dosis al inicio del tratamiento. Si la interrupción del tratamiento fuera de una duración inferior a la descrita, el tratamiento debe continuarse con la siguiente dosis, según lo prescrito. Poblaciones especiales. Población de edad avanzada:Fingolimod debe utilizarse con precaución en pacientes de 65 o más años de edad debido a que no se dispone de suficientes datos de eficacia y seguridad. Insuficiencia renal:Fingolimod no ha sido estudiado en pacientes con insuficiencia renal y esclerosis múltiple. En base a los estudios de farmacología clínica, no es necesario un ajuste de dosis en pacientes con insuficiencia renal leve a moderada. Insuficiencia hepática:Fingolimod no debe utilizarse en pacientes con insuficiencia hepática grave (Child-Pugh clase C). Aunque no es necesario un ajuste de dosis en pacientes con insuficiencia hepática leve a moderada, en estos pacientes debe tenerse precaución durante el inicio de tratamiento. Pacientes diabéticos:Fingolimod no se ha estudiado en pacientes de esclerosis múltiple y diabetes mellitus concomitante. Fingolimod debe utilizarse con precaución en estos pacientes debido a un posible incremento del riesgo de edema macular. Para detectar edema macular, a estos pacientes se les deben realizar exámenes oftalmológicos de forma regular. Población pediátrica:No se ha establecido la seguridad y eficacia de Fingolimod en niños de 0 a 18 años, por lo que no se puede hacer una recomendación posológica.

Contraindicaciones.

Síndrome de inmunodeficiencia conocida. Pacientes con riesgo elevado de infecciones oportunistas, incluyendo pacientes inmunocomprometidos (que actualmente reciben tratamiento inmunosupresor o que están inmunocomprometidos por tratamientos previos). Infecciones activas graves, infecciones activas crónicas (hepatitis, tuberculosis). Procesos tumorales activos conocidos, excepto para pacientes con carcinoma cutáneo de células basales. Alteración hepática grave (Child-Pugh clase C). Hipersensibilidad al principio activo o a alguno de los excipientes. Fingolimod no debe utilizarse en pacientes con antecedentes der problemas cardíacos tales como ritmo cardíaco irregular o anormal, enfermedad cardíaca sistémica, presión arterial alta y no controlada, antecedentes de infarto al miocardio, insuficiencia cardíaca congestiva o paro cardíaco, enfermedad cerebrovascular o apnea del sueño severa no tratada.

Reacciones adversas.

Las reacciones adversas más graves observadas en estudios clínicos con fingolimod fueron infecciones, edema macular y bloqueo auriculoventricular transitorio al inicio del tratamiento. Las reacciones adversas más frecuentes (incidencia ≥10%) fueron gripe, sinusitis, dolor de cabeza, diarrea, dolor de espalda, aumento de enzimas hepáticas y tos. A continuación se tabulan las reacciones adversas notificadas en los ensayos clínicos con Fingolimod. Las frecuencias se definen utilizando la siguiente convención: muy frecuentes (≥1/10); frecuentes (≥1/100 a < 1/10); poco frecuentes (≥1/1.000 a < 1/100); raras (≥1/10.000 a < 1/1.000); muy raras ( < 1/10.000), frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles).Linfomas:Ha habido casos de linfoma de tipos heterogéneos, tanto en estudios clínicos como durante la experiencia post-comercialización, incluyendo un caso mortal de linfoma de células B positivo a virus Epstein-Barr (EBV). La incidencia de casos de linfoma (por células B y células T) fue mayor en los ensayos clínicos que lo esperado en la población general. Síndrome hemofagocítico:Se han notificado casos muy raros de síndrome hemofagocítico (SHF) con desenlace mortal asociado a pacientes tratados con fingolimod en el curso de una infección. El SHF es una enfermedad rara que se ha descrito asociada a infecciones, inmunosupresión y a diferentes enfermedades autoinmunes.

Advertencias.

Bradiarritmia:El inicio del tratamiento con fingolimod produce una disminución transitoria del ritmo cardiaco y también puede estar asociado con retraso de la conducción auriculoventricular, incluyendo la aparición de notificaciones aisladas de bloqueo AV total y transitorio, y que se resolvieron espontáneamente. Después de la primera dosis, la disminución del ritmo cardiaco empieza durante la primera hora y alcanza el valor máximo dentro de las primeras 6 horas. Este efecto post-dosificación persiste a lo largo de los siguientes días, aunque normalmente de alcance más moderado, y se reduce a lo largo de las siguientes semanas. Con la administración continuada, la media del ritmo cardiaco vuelve hacia valores basales en aproximadamente un mes. No obstante, algunos pacientes pueden no volver al ritmo cardíaco basal al final del primer mes. Las anomalías en la conducción fueron típicamente transitorias y asintomáticas. Normalmente no requieren tratamiento y se resuelven durante las primeras 24 horas de tratamiento. Si fuera necesario, la disminución del ritmo cardiaco inducido por fingolimod puede ser revertido por dosis parenterales de atropina o isoprenalina. A todos los pacientes se les debe realizar un ECG y se debe controlar su presión arterial antes de administrar la primera dosis de fingolimod y trascurridas 6 horas de la administración. Se deben monitorizar los signos y síntomas de bradicardia en todos los pacientes durante un período de 6 horas, con el control de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial cada hora. Durante este periodo la monitorización electrocardiográfica continua a tiempo real está recomendada. Si aparecieran síntomas post-administración relacionados con bradiarritmia, deben iniciarse las medidas adecuadas en cada caso y monitorizar al paciente hasta que los síntomas hayan desaparecido. Si un paciente requiriera intervención farmacológica durante la monitorización de la primera dosis, se deberá controlar al paciente durante toda la noche en un centro médico y la monitorización de la primera dosis debe repetirse después de la segunda dosis de fingolimod. Si a las 6 horas el paciente presentara una frecuencia cardiaca más baja que las observadas previamente desde la administración de la primera dosis del medicamento (lo que sugeriría que el efecto farmacodinámico máximo sobre el corazón todavía no se ha manifestado), se debe prolongar la monitorización durante al menos 2 horas y hasta que la frecuencia cardiaca aumente de nuevo. Adicionalmente, si después de las 6 horas, la frecuencia cardiaca es < 45 lpm, o el ECG muestra la aparición de un bloqueo AV de segundo grado o superior, o un intervalo QTc ≥500 mseg, la monitorización se debe prolongar (al menos durante toda la noche), y hasta la resolución de estas condiciones clínicas. La aparición en cualquier momento de un bloqueo AV de tercer grado también conlleva tener que prolongar la monitorización (al menos durante toda la noche). Debido al riesgo de alteraciones del ritmo graves, fingolimod no debe utilizarse en pacientes con bloqueo AV de segundo grado Mobitz tipo II o superior, síndrome del seno enfermo, bloqueo cardiaco sinoauricular, una historia de bradicardia sintomática o síncope recurrente, o en pacientes con prolongación significativa de QT (QTc >470 mseg (mujeres) o >450 mseg (hombres)). Como una bradicardia significativa puede ser mal tolerada en pacientes con cardiopatía isquémica conocida (incluyendo angina de pecho), enfermedad cerebrovascular, antecedentes de infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca congestiva, antecedentes de paro cardiaco, hipertensión no controlada o apnea del sueño grave, no se debe utilizar fingolimod en estos pacientes. En estos pacientes, solo se debe considerar el tratamiento con fingolimod si los beneficios esperados superaran los riesgos potenciales. Si igualmente se aplicara el tratamiento en estos pacientes, se debe pedir consejo a un cardiólogo antes del inicio del mismo, para determinar la monitorización más adecuada. Al menos para el inicio del tratamiento se recomienda prolongar la monitorización durante toda la noche. Fingolimod no se ha estudiado en pacientes con arritmias que requieren tratamiento con medicamentos antiarrítmicos de clase Ia (por. ej. quinidina, disopiramida) o de clase III (por ej. amiodarona, sotalol). Los medicamentos antiarrítmicos de clase Ia y clase III en pacientes con bradicardia se han asociado con casos de taquicardia ventricular tipo torsade de pointes. Como el inicio del tratamiento con fingolimod produce una disminución del ritmo cardiaco, fingolimod no se debe utilizar concomitantemente con estos medicamentos. En pacientes que reciben tratamiento concomitante con betabloqueantes, antagonistas de los canales de calcio que disminuyen el ritmo cardiaco (tales como verapamilo, diltiazem o ivabradina) u otras sustancias que pueden disminuir el ritmo cardiaco (p. ej. digoxina, agentes anticolinesterásicos o pilocarpina) la experiencia con fingolimod es limitada. Debido que el inicio del tratamiento con fingolimod también se asocia con una disminución de la frecuencia cardiaca, el uso de estas sustancias durante el inicio del tratamiento con fingolimod puede asociarse con bradicardia grave y bloqueo cardiaco. El tratamiento con fingolimod no debe iniciarse en pacientes que actualmente están en tratamiento con estos fármacos debido al efecto añadido potencial sobre el ritmo cardiaco. En estos pacientes, el tratamiento con fingolimod solo se debe considerar si los beneficios esperados superaran los riesgos potenciales. Si se considerara el tratamiento con fingolimod, antes del inicio del mismo se debe pedir consejo a un cardiólogo en relación al cambio a medicamentos que no disminuyan el ritmo cardiaco. Si los medicamentos que disminuyen el ritmo cardiaco no pudieran ser interrumpidos, se debe pedir el consejo del cardiólogo para determinar la monitorización adecuada de la primera dosis. Se recomienda prolongar la monitorización durante toda la noche. Intervalo QT:El tratamiento con fingolimod produce una prolongación del intervalo QTcI cuando todavía persiste el efecto cronótropo negativo del fármaco. No se observa una correlación entre la dosis o exposición y el efecto del fingolimod sobre la prolongación del QTcI. El uso de fingolimod no se asocia con un aumento de la incidencia de valores atípicos del QTcI, ya fuese éste absoluto o relativo con respecto al inicio del tratamiento. Se desconoce la relevancia clínica de este hallazgo. Es preferible evitar los medicamentos que pueden prolongar el intervalo QTc en los pacientes con factores de riesgo relevantes, como por ejemplo, hipocalemia o prolongación congénita del intervalo QT. Infecciones:Un efecto farmacodinámico importante de fingolimod es la reducción dosis dependiente del recuento de linfocitos periféricos a un 20-30% de los valores basales. Esto se debe al secuestro reversible de linfocitos en los tejidos linfáticos. Antes de iniciar el tratamiento con fingolimod, debe realizar un recuento sanguíneo completo. Durante el tratamiento también se recomienda realizar evaluaciones a los 3 meses y posteriormente al menos de forma anual, y cuando existan signos de infección. Si se confirma un recuento absoluto de linfocitos < 0,2x109/l debe interrumpirse el tratamiento hasta su resolución. El inicio del tratamiento con fingolimod debe posponerse en pacientes con infección activa grave hasta su resolución. Debe evaluarse la inmunidad de los pacientes frente a la varicela antes de iniciar el tratamiento con fingolimod. Se recomienda que aquellos pacientes sin antecedentes de varicela confirmada por un profesional sanitario o que no hayan completado la vacunación antivaricela, se sometan a una prueba de anticuerpos frente al virus varicela-zóster (VZV) antes de comenzar el tratamiento con fingolimod. Para los pacientes que no presenten anticuerpos, se recomienda seguir un ciclo de vacunación completo antes de ser tratados con fingolimod. El tratamiento con fingolimod debe posponerse 1 mes para permitir que la vacunación alcance su efecto máximo. Los efectos de fingolimod sobre el sistema inmune pueden aumentar el riesgo de infecciones. En los pacientes que presenten síntomas de infección durante el tratamiento, debe realizarse un diagnóstico efectivo y deben utilizare estrategias terapéuticas efectivas. Los pacientes que reciben fingolimod deben ser preparados para notificar a su médico síntomas de infección durante el tratamiento. En pacientes que desarrollan una infección grave debe considerarse la suspensión de fingolimod y antes de reiniciar el tratamiento debe considerarse la evaluación beneficio-riesgo. Se han notificado casos aislados de meningitis criptocócica en la experiencia poscomercialización. Los pacientes que presenten signos y síntomas consistentes con una meningitis criptocócica (p. ej. dolor de cabeza acompañado por cambios mentales tales como confusión, alucinaciones y cambios en la personalidad) deben someterse a una evaluación diagnóstica rápidamente. Si se diagnostica una meningitis criptocócica, se debe suspender el tratamiento con fingolimod e iniciar un tratamiento adecuado. En el caso que esté justificado reiniciar el tratamiento con fingolimod, se debe realizar una consulta multidisciplinar (p. ej. a un infectólogo). La eliminación de fingolimod después de la interrupción del tratamiento puede durar hasta 2 meses, y por consiguiente la vigilancia de las infecciones debe continuar durante este periodo. Los pacientes deben ser preparados para la notificación de síntomas de una infección hasta 2 meses después de la interrupción de fingolimod. Edema macular:Se ha notificado edema macular con o sin síntomas visuales, predominantemente durante los primeros 3-4 meses de tratamiento. Por este motivo se recomienda realizar una evaluación oftalmológica a los 3-4 meses después de iniciar el tratamiento. Si los pacientes notifican alteraciones visuales en cualquier momento durante el tratamiento, debe realizarse un fondo de ojo, para evaluar especialmente la mácula. Los pacientes con antecedentes de uveítis y los pacientes con diabetes mellitus tienen mayor riesgo de desarrollar edema macular. Fingolimod no se ha estudiado en pacientes de esclerosis múltiple y diabetes mellitus. Se recomienda que a los pacientes con esclerosis múltiple que también presenten diabetes mellitus o tengan antecedentes de uveítis, se les realice una evaluación oftalmológica antes del inicio del tratamiento y durante el tratamiento. No se ha evaluado la continuación del tratamiento con fingolimod en pacientes con edema macular. Si un paciente desarrolla edema macular se recomienda interrumpir el tratamiento. La decisión de reiniciar o no el tratamiento con fingolimod después de la resolución del edema macular debe evaluarse teniendo en cuenta los beneficios y riesgos potenciales para cada paciente en particular. Función hepática:En pacientes con esclerosis múltiple tratados con fingolimod, se han descrito incrementos de las enzimas hepáticas, en particular, la alanina aminotransferasa (ALT) pero también la gammaglutamiltransferasa (GGT) y la aspartato transaminasa (AST). Los incrementos de transaminasas hepáticas pueden ocurrir en cualquier momento durante el tratamiento, aunque mayoritariamente durante los primeros 12 meses. El nivel de transaminasas séricas se normalizan en aproximadamente 2 meses después de la interrupción de fingolimod. Fingolimod no se ha estudiado en pacientes con daño hepático preexistente grave (Child-Pugh clase C) y no debe utilizarse en estos pacientes. En pacientes con hepatitis viral activa el inicio del tratamiento debe ser demorado hasta su resolución, debido a las propiedades inmunosupresoras de fingolimod. Los niveles de transaminasas y bilirrubina deben controlarse antes de iniciar el tratamiento con fingolimod. En ausencia de síntomas clínicos, las transaminasas hepáticas deben controlarse en los meses 1, 3, 6, 9 y 12 durante el tratamiento y de forma periódica después de los 12 meses. Si las transaminasas hepáticas aumentaran más de 5 veces el LSN, los controles deberán realizarse de forma más frecuente, incluyendo el control de la bilirrubina sérica y de la fosfatasa alcalina (ALP). Con la confirmación repetida de las transaminasas hepáticas por encima de 5 veces el LSN, el tratamiento con fingolimod debe interrumpirse y solo debe reiniciarse una vez que los valores de las transaminasas hepáticas se hayan normalizado. En pacientes que desarrollan síntomas sugestivos de disfunción hepática, tales como náuseas de origen desconocido, vómitos, dolor abdominal, fatiga, anorexia, orina oscura y/o ictericia, debe realizarse un control de las enzimas hepáticas y si se confirma daño hepático significativo (por ejemplo nivel de transaminasas hepáticas mayor de 5 veces el LSN y/o elevaciones de bilirrubina sérica) el tratamiento con fingolimod debe ser interrumpido. La reanudación del tratamiento dependerá de si se determina o no otra causa de daño hepático y en los beneficios del paciente con la reanudación del tratamiento versus el riesgo de recurrencia de la disfunción hepática. Los pacientes con enfermedad hepática preexistente tendrían un mayor riesgo de desarrollar elevaciones en las pruebas de función hepática con el uso de fingolimod, por lo tanto, debe tenerse precaución cuando se utilice en pacientes con historia de enfermedad hepática significativa. Interferencia con las determinaciones serológicas:Dado que fingolimod reduce el recuento sanguíneo de linfocitos mediante redistribución en órganos linfoides secundarios, en los pacientes tratados con fingolimod el recuento de linfocitos sanguíneos periféricos no puede ser utilizado para evaluar el estado de los subgrupos de linfocitos. Las pruebas de laboratorio que utilizan células mononucleares circulantes requieren un mayor volumen de sangre debido a la reducción en el número de linfocitos circulantes. Efectos en la presión arterial:Fingolimod se asocia con un incremento promedio de aproximadamente 3 mm de Hg de la presión sistólica y de aproximadamente 1 mm de Hg de la presión diastólica. Este aumento de la presión puede manifestarse aproximadamente 1 mes después del inicio del tratamiento, y puede persistir con la continuación del mismo. Por lo tanto, durante el tratamiento con fingolimod la presión arterial debe controlarse de forma regular. Debe tenerse precaución en pacientes con hipertensión no controlada. Efectos respiratorios:Luego de 1 mes de tratamiento, fingolimod puede generar leves disminuciones dosis dependientes en los valores del volumen espiratorio forzado (FEV1) y la capacidad de difusión de monóxido de carbono (DLCO), que después permanecen estables. Fingolimod debe utilizarse con precaución en pacientes con enfermedad respiratoria grave, fibrosis pulmonar y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Síndrome de encefalopatía posterior reversible:Se han descrito casos raros del síndrome de encefalopatía posterior reversible (SEPR) tanto en estudios clínicos como en la experiencia poscomercialización. Los síntomas notificados incluyen: dolor de cabeza intenso y de inicio repentino, náuseas, vómitos, alteración del estado mental, trastornos visuales y convulsiones. Los síntomas del SEPR son normalmente reversibles pero pueden derivar hacia un infarto isquémico o hemorragia cerebral. El retraso en el diagnóstico y tratamiento puede acarrear secuelas neurológicas permanentes. Si se sospecha un SEPR, debe interrumpirse el tratamiento con fingolimod. Tratamiento previo con inmunosupresores o terapia inmunomoduladora:Cuando se cambia a los pacientes de otra terapia modificadora de la enfermedad (teriflunomida, dimetilfumarato o alemtuzumab) a Fingolimod, se debe tener en cuenta la semivida y el mecanismo de acción de la otra terapia para evitar un efecto autoinmune aditivo y al mismo tiempo minimizar el riesgo de reactivación de la enfermedad. Se recomienda disponer de un conteo sanguíneo completo antes de iniciar el tratamiento con fingolimod para comprobar que se han resuelto los efectos inmunes de la terapia anterior (por ejemplo: citopenia). Generalmente se puede iniciar el tratamiento con fingolimod tras la interrupción del interferón o acetato de glatiramer. El periodo de aclaramiento (lavado) de dimetilfumarato debe ser suficiente para la recuperación del conteo sanguíneo antes de iniciar el tratamiento con fingolimod. Debido a su larga semivida, la eliminación de natalizumab normalmente es de hasta 2-3 meses después de su interrupción. Teriflunomida en plasma también se elimina lentamente. Sin un procedimiento de eliminación acelerado, el aclaramiento de teriflunomida del plasma puede llevar desde varios meses hasta 2 años. Se recomienda un procedimiento de aclaramiento (lavado) acelerado tal y como se define en los prospectos de teriflunomida o un perido de aclaramiento (lavado) alternativo de duración mínima de 3,5 meses. Se debe prestar especial precaución a los potenciales efectos inmunes concomitantes cuando se cambia a los pacientes de natalizumab o teriflunomida a fingolimod. Alemtuzumab tiene efectos inmunosupresores más pronunciados y prolongados. Dado que la duración de estos efectos se desconoce, no se recomienda iniciar el tratamiento con fingolimod tras el uso de alemtuzumab a menos que los beneficios de dicho tratamiento claramente sobrepasen los riesgos para el paciente. La decisión de utilizar corticosteroides de forma concomitante y prolongada se debe tener en cuenta tras una cuidadosa consideración. Tratamiento concomitante con inductores potentes de CYP450:Se debe usar con precaución la combinación de fingolimod con inductores potentes de CYP450. No se recomienda la administración concomitante con hierba de San Juan. Interrupción del tratamiento:Si se decidiera interrumpir el tratamiento con fingolimod, es necesario un intervalo de 6 semanas sin recibir ningún otro tratamiento, (en base a su semivida), para lograr el aclaramiento de fingolimod de la circulación. El recuento de linfocitos vuelve progresivamente a los valores normales en aproximadamente 1-2 meses después de la interrupción del tratamiento. El inicio de otros tratamientos durante este intervalo de tiempo supondría la exposición concomitante con fingolimod. El uso de inmunodepresores poco tiempo después de la interrupción del tratamiento con fingolimod puede llevar a un efecto añadido en el sistema inmune, y por ello se debe tener precaución. Mujeres en edad fértil/ Anticoncepción en mujeres:Antes de iniciar el tratamiento con fingolimod, debe advertirse a las mujeres en edad fértil del riesgo potencial para el feto, y de la necesidad de utilizar métodos anticonceptivos efectivos durante el tratamiento. Como la eliminación de fingolimod del organismo tarda aproximadamente dos meses después de su interrupción, el riesgo potencial sobre el feto puede persistir, y por ello la anticoncepción debe continuarse durante este periodo.

Presentación.

Envases conteniendo 28 cápsulas.

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